
Quebranta la impotencia
este silencio absurdo,
la demencia de un segundo...
¡sin pensar!, sacudiéndome la suerte,
sorteando la muerte en cada cruce.
Se quiebra en la almohada un llanto
que no deja... ceder sus lagrimas,
las traga y engulle ahogándose,
en las mismas entrañas de la soledad,
esa...que teje y enmaraña la verdad
en una copa agria de orgullo.
Vivo al arrullo de un secreto inconfesable,
abordando la mente sin escrúpulos...
Tallaste con tus manos el bosquejo
de una imagen beatificada,
dejando clavos en el horizonte
y un martillo en mis manos...
para ahondar la herida.
Callo y muerdo el arrepentimiento;
por aquellas palabras que jamás pronuncie,
aun las sostengo en mis manos;
puños cerrados a la vida.
Aun piensas...que me sostengo erguida,
¿que saben...tus noches de mis días?
¿que adivinan...tus días de mis noches?
todo me lleva a ninguna parte
todo me lleva a ti...
y nada más... importa.
Derechos de autor. Maria del carmen Tenllado
(Damablanca)