Ella escribía versos, buscando entre sus estrofas el espíritu de su
poeta. Creyó que podría hallarle en el mundo, pero pronto comprendió que ese
amor no habitaba en la tierra. Aprendió a vivir amordazando el deseo por
encontrar su alma, se arropó en la causa de soñarlo y en los sueños no se cansó
jamás de invocarlo. Noche tras noche convivía con un deseo malherido, su
corazón se negaba a latir de nuevo, lo guardó en un cofre sellado con sus
lágrimas y lanzó al abismo del mar... esperando que atravesara la orilla y se
perdiera en el infinito. En ese cofre depositó todo el dolor que un ser vivo es
capaz de soportar.
El océano lo engulló en las profundidades de sus entrañas, mas era tan
inmensa la melodía desgarradora que el mar no pudo soportar el estruendo de sus
lamentos, ¡embravecido! alzó la cólera de sus aguas y lo devolvió de nuevo a la
orilla...
Ella vaga por la vida sin un corazón... su blanca silueta es perfilada
por una aureola que pareciera rozar la santidad. La dama de blanca armadura es
tan solo el fantasma de una mujer nacida para amar… de una manera diferente.
Derechos de autor: María del Carmen Tenllado Yuste
Código: 1301234420732
Fecha 23-ene-2013 21:09 UTC
Prosa premiada en castillo mágico de poetas:
Derechos de autor: María del Carmen Tenllado Yuste
Fecha 23-ene-2013 21:09 UTC