Advertencia legal: Este poema se halla publicado en la antología poética "Descalzos en la Tierra del Amor" ISBN:978-9870265665
por lo que se tomaran medidas legales si se encuentra publicado total o parcialmente en la red u otros medios sin la autorización expresa de su autora.
En cada espacio donde se aposenta el silencio, retornan los ecos que acompasaron cada uno de los encuentros furtivos a los cuales asistieron nuestras almas siglo tras siglo...nuestro destino fue amarnos siempre a destiempo; nuestra condena, no hallar el olvido. Una historia que se repite con cada nueva resurrección. Sin embargo; aun despojados de viejas vestiduras no es suficiente para que no logre reconoceros...¡Mi amo!.
¡Arrinconadme!...
entre la pared y el deseo,
entre las rejas de vuestros dedos,
¡os ruego!... talladme cautiva;
esclava de la febril melodía
que vuestros abismos provocan.
Por vos habré de ser...
la sangre vertida en la copa,
el vino engendrado en las venas;
sierva leal que ansia su condena,
en los laberintos de vuestra boca.
De vuestras caderas...¡fiel devota!,
que ante vuestros instintos se doblega,
estremece, humedece y encadena,
reverenciando el cáliz de su derrota.
¡Sentenciadme!
a gozar el ansiado martirio
de este empeño incontrolado,
¡condenadme! a este bendito pecado,
sin que medie la clemencia;
castigad toda impaciencia
que me consume al gozaros.
Por los siglos de los siglos...
nuestros sueños encadenados,
en vuestros dominios alcanzo mis alas,
no hay mayor goce para esta esclava
que el de serviros...
Derechos de autor: Maria del Carmen Tenllado
(Damablanca)
entre la pared y el deseo,
entre las rejas de vuestros dedos,
¡os ruego!... talladme cautiva;
esclava de la febril melodía
que vuestros abismos provocan.
Por vos habré de ser...
la sangre vertida en la copa,
el vino engendrado en las venas;
sierva leal que ansia su condena,
en los laberintos de vuestra boca.
De vuestras caderas...¡fiel devota!,
que ante vuestros instintos se doblega,
estremece, humedece y encadena,
reverenciando el cáliz de su derrota.
¡Sentenciadme!
a gozar el ansiado martirio
de este empeño incontrolado,
¡condenadme! a este bendito pecado,
sin que medie la clemencia;
castigad toda impaciencia
que me consume al gozaros.
Por los siglos de los siglos...
nuestros sueños encadenados,
en vuestros dominios alcanzo mis alas,
no hay mayor goce para esta esclava
que el de serviros...
Derechos de autor: Maria del Carmen Tenllado
(Damablanca)
poema destacado en
...si es así, entonces quiero ser amo!!!! jajaaaja.
ResponderEliminarMaría, dónde has estado mujer??
tengo un album de fotografías al final de mi blog, ahí estás tú, porque eres una persona muy especial para mí.
besos
Que alegría saber de tí morenazo, he estado algo ausente, lo necesitaba!...cuando escribir se convierte en una obligación deja de ser una devoción, es por ello que a veces huyo de mi pluma para volver a ella con más ansias...gracias por dejar mi fotografía entre tus personitas especiales, es una inmensa alegría saberme entre ellas, se te quiere amigo.
ResponderEliminar+Dama+