
Soy tu pecado mas invocado,
la idea que en tu mente serpentea,
la obsesión que tu frente perfora,
mi veneno por tus poros aflora,
minando las raíces de tu calma.
Deja de soñarme y atraviésame el alma,
te haré vibrar en el epicentro de mis entrañas,
devasta esta apatía que me devora,
asalta mis ultimas horas sin piedad,
¡Víveme!...
escala cada peldaño de mi deidad.
¡Sea yo! La que veneras, tu Diosa inalcanzable,
sierva que se estremezca en los aullidos de tu sangre,
desciéndeme del altar que nos separa,
desnuda mi verdad en la piel que te ampara,
libera mi alma de llagas y...¡víveme!
¡Víveme con avaricia!
Lapídame en infinitas caricias,
sea tu cuerpo bendito manto de mi mortaja,
Senténciame a los caprichos de tus ansias,
atraviesa los enigmas de mi aura,
¡Y...víveme!
porque yo estoy muriendo,
no te apiades...¡no!
rescata mi último aliento,
mis sueños agonizan de hambre,
el hastío contamina mi sangre;
transito por la frontera del abismo.
¡Tómame desafiando prejuicios,
y... ¡víveme!
Derechos de autor... Maria del Carmen Tenllado Yuste
(Damablanca)
Obra registrada en Safe Ceative: Código: 1205121629225
Querida amiga:
ResponderEliminarcuanta belleza y profundidad tiene cada uno de tus poemas, que brotan del alma,que talento posees para expresarlos en poesía, me encanta leerte, mi admiraciòn y respeto siempre contigo.
Dama Blanca amiga...
ResponderEliminarUn poema lleno de sensualidad, con esa invitación a vivir contigo todos tus anhelos.
muy grata la visita a tus sensuales versos.