¡Dejadme morir, en vuestra ausencia!
sin querer oir palabras necias,
que me hablen de amor.
Si no sois vos, mi alma se revela
entre un millar, ¡os reconociera!...
sin veros siquiera.
Corazón que en mis manos pusisteis un día,
carcelero de mis dias,
prisionero de mis noches,
guardián de mis fantasías...
...¡Mi vida diera!...
por volver a ser vuestra
aunque solo...¡una noche fuera!
Almas que a través de los tiempos
de diferentes cuerpos se apoderan
viviendo vidas pasadas,
presentes...y venideras.
Y en cada una de ellas,
coloca cierto el destino,
dos almas que se han unido.
Yo sé que he sido vuestra,
me he reconocido,
en cada una de vuestras letras.
¡Aún lleváis en la memoria!,
aquellos momentos vividos,
que fueron parte de nuestra historia
y afloran en vuestros escritos.
Fuí la musa silenciosa,
que un rayito de luna
os enviaba desde el cielo.
Mientras celosa de vuestra pluma
aguardaba con anhelo...
¡haceros mi prisionero!.
derechos de autor: Maria del Carmen Tenllado (Damablanca)
Este poema me encanta Dama tiene toda esa mistica tan tuya que haces volar la imaginacion en cada verso.
ResponderEliminarte felicito por esa alma especial. un besote
No sé, pero te sentí triste, con una onda pena.
ResponderEliminarQuerida amiga:
ResponderEliminarque placer es navegar en las melodías de tu alma,
donde expones tus sentires más profundos, es un
placer recorrerlos, te felicito María.