
A vos... mi sacro amor, inmaculado sentimiento
que germinó en mi alma con la caricia de un verso
robado...poseéis el don de adentraros en cada
ignoto lugar de mis delirios de mujer, recorréis
mi piel y penetráis las entrañas de mi alma fecunda,
ni siquiera sospecháis con que avidez gozáis mis
propios enigmas...esos que para vos no tienen
fronteras ni misterios, pues ambos sabemos que
fuimos amantes en algún tiempo remoto,
más nunca olvidado, ...he sentido vuestra alma
candente fundirse en mi vientre con cada sutil
suspiro vertido en el pergamino de mi piel.
No hay duda alguna... ¡sois vos!...
estáis en mi, a pesar de esta infernal espera
en la que la soledad con su manto de seda
os abraza y embriaga en su oscura semblanza,
ella os acuna en sus seductores velos,
mientras yo, de celos muero por libertaros...
¡Traspasad el firmamento!... mi fogosa estrella os
aguarda, nada temáis, tan solo seguid la estela de
una lágrima que ha de retornaros a mi...
una lágrima si, fresca perdura para vos, ¡tomadla pues!
en ella os ofrendo el eterno elixir de este amor...
derechos de autor Maria del Carmen Tenllado
(Damablanca)
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