Hoy pudiera ser una noche como otra cualquiera, ¡pero no! Su imagen se ha instalado en las paredes de mi habitación, en los espejos de mi armario, entre mis sábanas... y no puedo dejar de pensarle. La luna pareciera iluminar el resplandor de su silueta, y el sueño, se niega a acudir a su cita diaria. Mis pensamientos se han posicionado de su parte, transmitiendo emociones a este corazón, que por esta vez, no se ha mostrado en rebeldía. Todos se aúnan y yo me siento acorralada y feliz a la vez... con ganas de reír y llorar. ¿Acaso estaré perdiendo la cordura? Solo sé, que apenas le conozco y sin embargo, pareciera conocerle de toda una vida. Su sonrisa, su mirada, esa paz y seguridad que transmite a través de sus palabras. Me gusta observarle cada detalle, cada gesto amable, su voz que invita al sosiego... y sus manos que imagino en mis noches de insomnio recorrer mi cabello, bajando por mi cuello... para ascender después hasta mis labios, delimitando sus formas antes de fundirse en ellos con un apasionado beso, no necesito más para llenarme de su esencia... espero con paciencia lo que un día será...
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lunes, 6 de mayo de 2013
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